viernes, 20 de junio de 2008

Norma Elena Gadea, Magistral con lo Esencial

Magistral, extraordinaria, estuvo la cantante Norma Helena Gadea, durante el concierto que brindara en la Sala Mayor del Teatro Nacional Rubén Darío, el pasado 15 de junio. Norma Helena, fue aplaudida por más de un mil personas que colmaron el máximo templo del arte de nuestro país, entonando Vida, Vida; La Mujer, Alfonsina y El Mar; Unicornio, A un Semejante, Sin Palabras -la canción de Teresa Parodi, que dedica a su hija María Candelaria, que orgullosa esa noche y siempre, subió al estrado para entregarle un arreglo de rosas rojas a su querida madre; Canción de Cuna, Oleo de Mujer con Sombrero.

Los tangos gardelianos, tampoco faltaron y El Día que me quieras y Caminito Soleado -última que fue escuchada a través de los parlantes desde el disco lanzado esa noche, en dueto con el orgulloso papá don Heriberto Gadea Mantilla, cuyas fotografías en distintas etapas de su vida eran proyectadas en una pantalla gigante- y por supuesto, que para la recordada mamá de las Gadea y los Gadea, Norma Helena cantó MUJER DE CARNE y HUESO, también de Luis Enrique, mientras se proyectaba en la pantalla, la imagen innolvidable de doña Carmencita Avilés.

Siguió la noche acompañada del maestro de la guitarra Eduardo Araica, con la esencial Flor de Pino; con Prohibido prohibir, que dijo Norma Elena sería el título de una ley que habría que impulsar, al cantar la canción de Eladia Blázquez. Un toque romántico puso con la canción de Gastón Pérez, SINCERIDAD; emoción completa al ver y escuchar a Norma Helena en dúo con Keyla Rodríguez, interpretando Yolanda, del cubano Pablo Milanés, completando el repertorio con Ojalá y La Maza del también trovador cubano Silvio Rodríguez. Todo Cambia, magistralmente interpretada seguida de Nicaragüita de Carlos Mejía Godoy en un arreglo especial a la que agregó Nicaraguamor de Luis Enrique Mejía Godoy.

Como músicos invitados en la presentación de Norma Helena, promovida por Mántica Waid, participaron en los Teclados Hugo Castilla, en el Bajo, Luis Emilio Martínez y Gabriel Fonseca en la Batería, mientras toda la familia Gadea Mantilla, no podía menos que sentir el orgullo familiar muy a pesar de las diferencias ideológicas que en algún momento de sus vidas pudieran haber tenido o tener, ahí estaban orgullosísimos don Heriberto Gadea Mantilla, que recibió su regalo del Día del Padre por adelantado; su hija Carmen María, el tío don Fabio Gadea Mantilla con doña Thelma Vogel, la tía Angelita, en fin, la familia entera reunida.

La noche no podía concluir sin que por aclamación del público, después de hora y media, Norma Helena cantara el Gracias a la Vida, una canción esencial de la chilena Violeta Parra y más aún, con Minga Rosa Pineda, del compositor nicaragüense Camilo Zapata. Los invitados e invitadas especiales concluyeron con un cocktail, mientras otros y otras, tuvieron que conformarse con irse con la nueva producción discográfica, posible gracias al apoyo empresarial de Carlos Mántica Cuadra y Roxana Waid de Mántica y una presentación esencial, gracias al Teatro Nacional Rubén Darío y a una veintena de empresas patrocinadoras del espectáculo, entre ellas, el Canal de Noticias de Nicaragua, Canal 23.

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